El dióxido de carbono es un compuesto el cual está formado por dos átomos de oxigeno y uno de carbono. Se puede encontrar en distintos lugares, por ejemplo en la industria de los alimentos, específicamente en las bebidas carbonatadas en donde se les da la efervescencia; así mismo, se puede utilizar como un agente extintor en situaciones de incendio. Pero también se considera como un residuo contaminante. En la industria energética, por ejemplo, se generan toneladas de CO2 diariamente en plantas carboelectricas, lo cual nos remite a un nivel en aumento de la concentración de este gas en la atmosfera.
En días recientes, se dio la noticia de la primera planta generadora de electricidad en el mundo, la cual elimina la emisión de CO2. Se trata de la Schwarze Pumpe, la cual está ubicada al norte de Alemania . Y para lograr emisiones libres, se busca enterrar el dióxido de carbono y almacenarlo en el subsuelo. Con esto se intentara abastecer de energía y de igual forma reducir los daños causados en el planeta por este contaminante.
En este tipo de plantas, el carbón se convierte en calor por medio de oxigeno puro como oxidante para producir principalmente vapor de agua (el cual funciona como generador de electricidad) y dióxido de carbono. El objetivo de la planta es separar el dióxido de carbono el cual se genera en el proceso, licuarlo y transportarlo a zonas de almacenamiento a cientos de metros bajo la superficie terrestre.
Imagen conceptual de la planta Schwarze Pumpe
La base de la captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CAC) es la combustión oxifuel. Ésta se lleva a cabo inyectando oxígeno puro en las calderas y después de ponerlas a funcionar se introduce el carbón mineral (lignito). El resultado es calor, vapor de agua, y nueve toneladas de CO2 cada hora. Esto, afirman los expertos, será «un hito en la historia de las tecnologías limpias». Debido a que el CO2 puede ser separado, licuado y reducido a 500 veces de su volumen original, se le podrá introducir en un cilindro y transportar a instalaciones ubicadas a un kilómetro bajo la superficie terrestre. La idea es colocarlo en rocas porosas donde pueda permanecer hasta que la humanidad deje de temer las repercusiones del cambio climático. El proyecto de 70 millones de euros está siendo financiado por la empresa sueca Vattenfall.
En palabras más sencillas, lo que se busca es mantener guardado este gas a un kilometro de profundidad aproximadamente, y mantenerlo compactado durante un tiempo indefinido. Al parecer esta idea, surgida no solo por los alemanes, se encuentra en fase experimental, y si todo se da conforme a lo planeado, en unos años encontraremos nuevas plantas libres de gases contaminantes.
Este plan para reducir la emisión de CO2, le surgen interrogantes que tal vez puedan responderse, pero es difícil saber cuándo y cuanto costara poner en funcionamiento plantas de este tipo. Así mismo no en todos los países se encuentra el tipo de subsuelo necesario para almacenar el producto, así que se necesitaría exportar su CO2 a otros sitios alrededor del mundo.
Al parecer, debido a la actual situación que está sufriendo el planeta, se intentan generar fuentes limpias de energía, y Alemania ya dio su aportación.
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